La ruda es una de las plantas más presentes en hogares debido a su valor ornamental, sus propiedades medicinales y su fuerte vínculo con las tradiciones populares. Reconocida por su aroma intenso, sus hojas de tono verde azulado y su gran resistencia, esta especie puede crecer de manera vigorosa durante todo el año si recibe los cuidados adecuados.

Aprender a cuidar una planta de ruda en casa resulta fundamental no solo para mantenerla en óptimas condiciones, sino también para aprovechar sus múltiples beneficios, ya sea como decoración, como recurso medicinal o incluso por sus atribuciones energéticas, consignó el diario La Nación. 

Una planta resistente y de bajo mantenimiento

Uno de los aspectos más destacados de la ruda es su capacidad para tolerar la sequía. De hecho, no requiere riego frecuente, lo que la convierte en una opción ideal para quienes buscan una planta de fácil cuidado.

Entre las principales recomendaciones para cultivarla en maceta y garantizar su buen desarrollo, se destacan:

- Luz natural: necesita entre 4 y 6 horas diarias de iluminación, pero sin exposición directa al sol para evitar quemaduras.

- Riego moderado: se aconseja regar únicamente cuando la tierra esté completamente seca, aproximadamente cada 5 a 7 días, evitando el exceso de humedad.

- Sustrato drenado: la tierra debe ser suelta y contener arena para permitir un buen drenaje y prevenir la pudrición de raíces.

- Poda regular: retirar las hojas secas estimula la aparición de nuevos brotes y ayuda a mantener una forma compacta.

- Protección en invierno: en épocas de frío intenso o heladas, se recomienda resguardar la planta para evitar daños.

El cumplimiento de estas pautas asegura que la ruda se mantenga fuerte, saludable y con un crecimiento prolongado. Además, garantiza la preservación de su atractivo ornamental y el aprovechamiento de sus propiedades medicinales, convirtiéndola en una de las especies más valoradas dentro del cultivo doméstico.